La reciente reunión entre el PSOE y Junts en Ginebra, con la intervención de un verificador internacional, supone un escándalo en la política española. Este encuentro, que formaliza un compromiso del pacto de investidura, no sólo plantea interrogantes sobre la coherencia del PSOE en su inverosímil afán de representar a la izquierda, sino que también resalta la necesidad de una izquierda que luche contra todo nacionalismo y su componente racista y xenófobo, tal y como defiende El Jacobino. Todo ello ocurre en medio de críticas por pactar con la ultraderecha racista de Junts, para formar un gobierno con la única ambición de ostentar el poder, tomando medidas contra los intereses de los españoles y obviando los procedimientos legales y judiciales de España.
La escenografía impuesta por la ultraderecha separatista y aceptada por el PSOE ha sido vista como una contradicción por quienes desearían un partido de izquierdas con coherencia ideológica en sus acciones. La negociación con Junts plantea preguntas sobre los principios y valores del PSOE, especialmente en un contexto donde debería existir una izquierda fuerte que afronte los retos actuales, principalmente económicos, aunque no exclusivamente.
La inclusión de la cláusula en el acuerdo entre el PSOE y Junts se analiza desde esta perspectiva como parte de la estrategia de los nacionalistas catalanes para obtener ventajas políticas. Sin embargo, ¿cuáles podrían ser los objetivos específicos de Junts al llevar a cabo esta controvertida situación?
1) Distorsionar la realidad: La presencia del verificador internacional otorga a los nacionalistas separatistas la oportunidad de presentarse como un pueblo oprimido que reclama la autodeterminación, un relato que choca con los valores que deberían defender los socialistas y la izquierda en general.
2) Desacreditar a las instituciones del Estado: La elección de Ginebra como escenario busca sembrar dudas sobre las instituciones del Estado español. Aceptar estas condiciones podría interpretarse como una concesión del PSOE a las estrategias de Junts, erosionando la confianza en el sistema legal y judicial.
3) Proteger a Puigdemont: La reunión en Ginebra ofrece a Carles Puigdemont un respiro al eludir rendir cuentas ante la justicia española y europea.
Esta situación, más allá de reflejar una falta de transparencia y ética necesaria en la política, pone en duda la integridad y credibilidad del PSOE al aceptar condiciones que contradicen escandalosamente sus declaraciones políticas previas. La negociación en el extranjero, con la presencia de huidos de la justicia, debe interpretarse como una evasión de los procedimientos legales y judiciales establecidos en España.
Desde la perspectiva de El Jacobino, la existencia de una izquierda que luche contra la ideología nacionalista se vuelve crucial en este contexto. La defensa de los valores progresistas, la igualdad y la justicia social debería ser incompatible con pactos que involucren a fuerzas políticas con tendencias ultraderechistas.
La organización aboga por una izquierda firme en sus principios, capaz de resistir la presión y el chantaje de ideologías nacionalistas que amenacen la unidad y la igualdad en nuestro país.
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